sábado, 15 de enero de 2011

CADE 2010 Y LUCES DEL MODELO EDUCATIVO FINLANDÉS

Mg. Arquímedes Veneros Salinas

En el Congreso Anual de Ejecutivos (CADE, 2010), realizado en Urubamba (Cusco), y en las semanas previas a ella, Finlandia, nuevamente fue aludida, por algunos candidatos presidenciales y paralelamente produjo anuncios para duplicar el sueldo real de los docentes.

Un mensaje claro dejó el evento, respecto a que el empresariado nacional, por un lado, está “convencido” de la crisis educativa, y por otro, reconoce el atraso económico al que han sido sometidos los maestros; lo que denota que, exceptuando al gobierno aprista y sus apologistas, el empresariado, la intelectualidad, y determinados líderes políticos entienden que la pauperización magisterial es tan grave que ha llegado la hora de mejorar sus sueldos y recuperar el poder adquisitivo postergado por años.

También se cuestiona la mañosa incorporación a la tramposa Ley N°29062, de la seudo carrera pública magisterial, como único medio para lograr incremento de sueldos ya que tiene a casi 300,000 maestros con sueldos similares al del inicio del gobierno aprista y que desconfían de dicha Ley.

En cuanto al estancamiento educativo, desde hace buen tiempo, el Ministro de Educación y sus técnicos, vienen sosteniendo que deberíamos seguir el Modelo Finlandés en la “Municipalización de la Educación”, sin más ni más; dejando de lado experiencias, propuestas y acuerdos de expertos e instituciones nacionales. Lo curioso es que solo difunden lo que les conviene y no  todos los componentes del modelo finlandés.

Al respecto, Valdés, J. (2001) sostiene que: “Finlandia es un país pequeño, donde funciona el Estado de bienestar, con una sociedad democrática muy pareja e igualitaria, donde existen equiparados principios de género en la lengua, con una posición de vanguardia en investigación y alta tecnología, de cultura luterana, disciplinada y de gran tradición educativa desde la fundación de su primera universidad en 1640, la academia de Turku”.

A partir de ello se deduce que, por ejemplo, la contextualización histórica y la identidad cultural son variables importantísimas que coadyuvan a comprender y explicar la educación y la idiosincrasia finlandesa. Es simplista pensar que los logros obtenidos por los estudiantes finlandeses, en estas mediciones internacionales, sólo se deban al funcionamiento de su sistema educativo, como el mismo informe PISA lo sostiene.

Muchos investigadores han constatado, in situ, tal situación y afirman que:

- “La educación no está centrada en rendir pruebas ni exámenes nacionales”
- “Se enseña para aprender a ser un miembro responsable de la sociedad; ético, humano para dar a sus estudiantes los conocimientos adecuados, enfrentar los cambios del futuro y seguir aprendiendo toda la vida”.
- “Existe un sentido altruista y de cooperación más que de un sentido competitivo”.
-  Se trata con dignidad al magisterio.
- Los maestros tienen continuidad en la formación universitaria gratuita (postgrados); entre otros aspectos.

Como vemos, existe autonomía pedagógica del maestro, estos cuentan con adecuadas condiciones de trabajo, infraestructura física y tecnológica y; sobre todo, el sistema educativo no está subordinado a los dictados de algún organismo financiero internacional para influir negativamente en los destinos de su potencial humano.
 
Los finlandeses siguen su propio modelo. Lo construyen entre todos, en cada plantel, en cada municipio; con identidad propia. Todo lo contrario ocurre en nuestra patria, con una marcadísima dependencia al imperialismo norteamericano y sus financieras internacionales. Si en el país se quiere cambiar algo no pueden soslayarse los problemas nacionales, menos aún, desconociendo la condición gremial de los maestros, propinándoles insultos y chantajeándolos, con las seudoevaluaciones para el ingreso a la “Nueva” Carrera Pública Magisterial, si quieren aumentos.

En Finlandia solucionaron sus principales problemas nacionales y, por ende, se solucionó el problema educativo y el problema magisterial. No es como plantean muchos liberales de pacotilla afincados en el Ministerio de Educación y del gobierno actual.

Muchos investigadores y analistas de la educación finlandesa sostienen que allá se ejecuta lo que se planifica como que: la lectura es fundamental, se respeta y promueve la identidad cultural, hay educación gratuita verdadera, la educación es para el aprendizaje, el currículo se define descentralizadamente, la inclusión educativa es verdadera, la formación magisterial está centrada en la investigación educativa, hay libertad pedagógica y buenos sueldos, flexibilidad organizativa sin sobrecarga horaria, no se descuida la salud y nutrición estudiantil y hay participación de expertos para los estudiantes que tienen dificultades en el proceso de aprendizaje, mientras que aquí, el régimen aprista confunde a la opinión pública, se niegan a escuchar y cumplir acuerdos vinculantes y, lo que es peor, dan pasos contrarios al modelo que dicen seguir. No está demás recordar que cada gobierno impulsa un modelo distinto al anterior. Por ejemplo, esto es de ripley, la política educativa del actual gobierno es radicalmente diferente a la de su primer desgobierno.

Los maestros seguiremos analizando, criticando, proponiendo y articulando las experiencias nacionales e internacionales exitosas. No se trata de copiar el modelo finlandés sino de aprender, en lo pertinente, de ellos. Así, podremos dotarle a nuestra educación un carácter verdaderamente científico, nacional y antineoliberal; como fue allá, en Finlandia, hace décadas.

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